Es un sistema que he creado para satisfacer mi fetiche.
Es posible que no conozcas mi historia, así que te resumiré un poco. 

Soy hija única, criada por dos padres amorosos, trabajadores y un poco estrictos, mi mamá sobre todo!.
La historia con mi mamá ha sido un poco difícil, ella es muy católica y desde temprana edad fui muy rebelde y nunca pudo controlar mi gusto por el sexo. Luego descubrimos que soy hipersexual, por no decir qué ninfómana, pero había algo que me gustaba mucho más que el sexo y era hacerlo en lugares públicos, donde podía ser descubierta, eso me enloquecía y así fue que encontré el dogging. Créanme, llevo mucho tiempo en esto. No podría decir la edad en la que empecé porque seguro me cierran. 

Con el tiempo fui perfeccionando la técnica de encontrar lugares, personas y métodos para hacer mi práctica segura, así nació el Círculo Verde, una metodología que gracias a Instagram fluyó de manera deliciosa hasta que empecé a recibir ataques de grupos, hackers, novias frustradas y hasta políticos por mí critica a ciertas cosas que no me parecen de como se gobierna este país. Así que empecé a cuidarme, a ser autónoma y hacerlo todo calladita. Solo un par de personas conocen mi identidad y espero que siga así. 

Mi círculo verde, no es más que una lista de personas que tienen acceso a las actividades que realizo para que algún afortunado me encuentre y podamos hacer dogging. Anteriormente, lo hacía de manera pública hasta que un día, el parque en el que estaba se llenó como con 80 personas buscándome, allí entendí que debía ser más cautelosa, poner condiciones, métodos de entrada, pistas y reglas. 

La primera condición irrefutable, es que te guste el dogging tanto como a mí, las demás condiciones vendrán una vez entres a mi círculo, pero te aclaro, no vendo contenido, no soy prepago, no envió fotos ni videos, este es un juego en donde tu atención debe estar solamente para mí y así llegar a donde te diga. Si sabes leer las señales, llegarás fácilmente.